Una vez estábamos hablando con el dueño de un negocio que acababa de poner su primer sucursal de venta de productos tecnológicos (bocinas, tablets, audifonos, etc...), todavía ni cumplía el año, pero como le había ido bien, ya quería abrir su segunda sucursal.
El tema era el lugar que estaba considerando, era en una calle muy comercial, muy popular y muy famosa; sí estaba muy transitada, pero así estaba la renta también. La persona estaba muy entusiasmada -porque el lugar estaba increíble- pero afortunadamente tuvo la templeza de quererlo analizar objetivamente antes de tomar una decisión, por lo que nos preguntó qué opinábamos.
Lo primero que hicimos fue sacar un estimado de ventas y gastos.
Sobre las ventas, estimamos que podían llegar a ser incluso un poco mejor que las de la sucursal actual, aún y que la sucursal actual era un buen punto.
De los gastos, empezamos a tomar los gastos de la sucursal actual como referencia y en base a eso empezamos a estimar los costos que pudiéramos tener en la nueva sucursal (cuánto de nómina, cuánto de operación, cuánto de publicidad, etc....)
Ya teniendo la foto completa, ahora sí, nos pusimos a analizar cuánto representaba cada categoría (de los gastos) y, teniendo muchas referencias sobre cuánto debiera de ser cada una, luego luego brincó el porcentaje de la renta.
El lugar estaba en una zona tan demandada que aún y con ventas muy buenas, el negocio no iba a ser tan atractivo (traducción: buen margen). Le iba a quedar un margen más bajo de lo deseado para toda la friega, responsabilidad y riesgo que iba a tomar.
Aquí lo padre es que cuando tienes claro los principios de un negocio y tienes claros tus números, no tienes que tomar una decisión ¡los números lo hacen por ti!
En este caso la persona quedó totalmente convencida de que no le iba a convenir; afortunadamente en ese momento decidió darle carpetazo y considerar otros lugares.
También tenía la ventaja de que la sucursal actual estaba dando buenos resultados y le ayudaba a seguirse capitalizando y le iba a facilitar las cosas cuando sí encontrara el otro lugar.
Pasaron como 6-8 meses antes de que saliera otra oportunidad así de atractiva y claro que hicimos el mismo análisis.
En este caso, aunque la venta no se veía tan atractiva como en el ejercicio anterior, el negocio como tal era más rentable y más atractivo por los costos que iba a tener: la renta iba a ser más baja en proporción porque estaba en un lugar que apenas se estaba desarrollando, era un lugar más pequeño entonces tanto gastos de gente como gastos operativos preveíamos que iban a ser menores, etc....todo esto sumaba a una rentabilidad más atractiva.
Claro que había riesgo, pero con bases, soportes, etc...lo mitigamos lo más posible.
Sí le entró a ese lugar y gracias a Dios le ha ido muy bien; no porque el punto le resolviera la vida, esta persona lo ha trabajado muy, muy duro, pero con trabajo, la ubicación florece.
A nosotros nos da mucho gusto ver como con lo años ha seguido abriendo más sucursales y el negocio sigue prosperando.
Este es un claro ejemplo que con dedicación y un poco de análisis, puedes tomar decisiones muy positivas para el crecimiento ordenado de tu negocio.